¿Has experimentado alguna vez un zumbido de bienestar después de correr? Eso no está sólo en tu cabeza: es tu cerebro respondiendo a los poderosos efectos fisiológicos y psicológicos de correr.
Desde la liberación de sustancias químicas que mejoran el estado de ánimo, como las endorfinas y la serotonina, hasta el alivio del estrés que supone mover el cuerpo al aire libre, correr es una de las herramientas más eficaces y accesibles para mejorar tu bienestar mental.
Tanto si te acaba de picar el gusanillo de correr como si llevas años persiguiendo esos kilómetros, he aquí por qué corremos por nuestra salud mental:
Cómo el running reduce el estrés
Correr da un respiro a tu mente y una liberación a tu cuerpo. Cuando corres, tu cerebro libera endorfinas, neurotransmisores de bienestar que ayudan a reducir tu percepción del dolor y aumentan tu sensación de bienestar. Al mismo tiempo, el cortisol, la hormona del estrés, empieza a descender. ¿El resultado? Una mente más clara, menos tensión y una sensación de calma que puede durar mucho tiempo después de acabar de correr.
Incluso una carrera corta puede ayudar a restablecer tu sistema nervioso después de un día estresante: es como pulsar un botón de actualización mental.
¿Correr puede mejorar tu estado de ánimo?
Absolutamente. No hace falta que corras durante horas para sentir los beneficios: incluso 10 ó 15 minutos de carrera de intensidad moderada pueden mejorar tu estado de ánimo y agudizar tu pensamiento. Las explosiones breves de actividad aeróbica aumentan los niveles de serotonina y endorfinas, reduciendo la ansiedad y elevando tu sensación de bienestar.
¿Ese famoso "subidón del corredor"? Se desencadena cuando tu cerebro libera sustancias químicas reguladoras del estado de ánimo, como las endorfinas, la serotonina y los endocannabinoides, que provocan sensaciones de euforia y calma.
Correr en la naturaleza o en espacios verdes puede potenciar aún más estos efectos elevadores del estado de ánimo; incluso la simple contemplación de escenas naturales durante una carrera puede mejorar la claridad mental. Y aunque las carreras cortas proporcionan un estímulo instantáneo, correr con regularidad ayuda a mantener unos niveles básicos de serotonina más elevados, favoreciendo el equilibrio emocional a largo plazo.
¿Correr es bueno para el cerebro?
Sí, correr no sólo mejora tu salud cardiovascular. También ofrece importantes beneficios cognitivos. Se ha demostrado que el ejercicio aeróbico, como correr:
Estimular el crecimiento de nuevas células cerebrales (neurogénesis)
Mejorar la plasticidad cerebral y la conectividad neuronal
Favorecen las funciones ejecutivas, como la planificación, la resolución de problemas y la multitarea
Las nuevas investigaciones de instituciones como Universidad Johns Hopkins y Facultad de Medicina de Harvard también relacionan el ejercicio aeróbico regular con un menor riesgo de deterioro cognitivo relacionado con la edad.
Aunque correr no es un tratamiento para los trastornos cognitivos, los estudios sugieren que la actividad física constante puede ayudar a mantener la salud cerebral y la agudeza mental a largo plazo.
Cómo el running aumenta la resiliencia mental
Correr con regularidad puede entrenar a tu cerebro para manejar las molestias y superar los retos. Cada sesión dura -ya sean intervalos, cuestas o salir por la puerta en un día de poca motivación- fortalece la fortaleza mental y la capacidad de recuperación.
Con el tiempo, esta mentalidad se traslada a la vida cotidiana. Te sientes más cómodo con la incomodidad, mejor equipado para manejar el estrés y más seguro de tu capacidad para afrontar situaciones difíciles.
¿Correr te ayuda a dormir mejor?
Sí, y el sueño es clave para la salud mental. Correr regularmente puede:
Ayuda a conciliar el sueño más rápidamente
Mejora la calidad y la duración del sueño
Promueve un sueño más profundo y reparador
La actividad física ayuda a regular tu ritmo circadiano, reduce la inquietud y te deja físicamente cansado, todo lo cual favorece un mejor descanso nocturno. Evita correr demasiado cerca de la hora de acostarte si te cuesta relajarte.
El lado social del running
Correr no tiene por qué ser un deporte en solitario. Unirse a un club local de atletismo, invitar a amigos a correr una vez a la semana o participar en eventos como el Parkrun añade una capa de comunidad y conexión.
Los objetivos compartidos, los encuentros rutinarios y las conversaciones sencillas a mitad de carrera pueden reducir la sensación de aislamiento y fomentar un sentimiento de pertenencia. Esta conexión social es una parte clave del bienestar mental sostenido.
Cómo empezar a correr por la salud mental
Empezar es más sencillo de lo que crees:
Comienza con intervalos cortos y manejables de paseo/carrera
Invierte en unas zapatillas de correr que te den apoyo
Elige rutas que te den energía y te motiven
Céntrate en la constancia: intenta hacer 3-4 carreras a la semana, incluso de 10 ó 15 minutos cada una
Recuerda que no necesitas ser rápido ni llegar lejos. Incluso las carreras cortas pueden marcar la diferencia. A medida que tu cuerpo se adapte, es probable que empieces a notar cambios mentales: más claridad, mejor humor y mayor capacidad de recuperación.
Mantener la motivación para seguir adelante
Los beneficios mentales de correr se hacen más notables cuanto más constante seas. Dicho esto, mantener la motivación puede ser a veces el mayor obstáculo, especialmente durante las semanas ajetreadas o los días de poca energía. Si buscas formas de mantenerte en el buen camino mental y físicamente, consulta nuestra guía sobre cómo mantener la motivación para correr.
Reflexiones finales
Correr es algo más que ejercicio físico: es una forma respaldada por la ciencia de mejorar tu estado de ánimo, tu salud cerebral y tu resiliencia mental. Desde controlar el estrés y la ansiedad hasta mejorar el sueño y la concentración, los beneficios son amplios y profundamente impactantes.
Así que la próxima vez que te sientas abrumado, ponte los zapatos y sal por la puerta. Tu cuerpo -y tu mente- te lo agradecerán.