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Comprender la diferencia entre agujetas y dolor

Detecta la diferencia entre dolor y agujetas, y aprende a recuperarte bien para evitar lesiones.

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Escrito por Ben
Actualizado hoy

El entrenamiento para cualquier objetivo es exigente, y requiere que sigamos de cerca nuestros planes para conseguir los mejores resultados posibles. Pero no te equivoques: correr es un deporte agotador que nos exige mucho, tanto física como mentalmente.

Estamos presionando constantemente a nuestros cuerpos para que se adapten y rindan, y a cambio, necesitamos darles una recuperación adecuada. Aunque mejorar los tiempos y las distancias es un objetivo clave, hay otra habilidad crucial que nos hará mejores corredores: escuchar a nuestro cuerpo.

Esto es algo que desarrollamos con el tiempo, y no siempre surge de forma natural. En este artículo, explicaremos cómo entender las señales de tu cuerpo, tanto si experimentas la fatiga normal del entrenamiento, un dolor excesivo o señales de advertencia de una lesión.

Comprender tu fatiga basal

El nivel básico de cansancio de cada persona es diferente, pero hay patrones comunes que todos experimentamos. Al principio de tu carrera, es normal sentir más dolor muscular de lo habitual, especialmente si estás aumentando el kilometraje o siguiendo un plan estructurado por primera vez.

Sensaciones comunes cuando empiezas a correr más

¡Te duelen músculos que no sabías que existían! Cuando empiezas a correr de forma constante, es completamente normal sentir dolor en los cuádriceps, isquiotibiales, glúteos y gemelos, que son los grupos musculares clave que impulsan tu zancada. Tu cuerpo repara estos músculos entre sesiones, haciéndote más fuerte con el tiempo.

¿Te sientes rígido al día siguiente? Eso es normal. Puede que te despiertes con Dolor muscular de aparición retardada (DOMS) después de una dura sesión. Esto debería mejorar con movimientos ligeros, estiramientos o tiempo.

El dolor no debe limitar tu vida cotidiana. Subir las escaleras puede resultar duro después de una dura sesión, pero no debería ser completamente debilitante. Si el dolor interfiere con el movimiento normal, puede ser un signo de sobreentrenamiento.

Las herramientas de recuperación pueden ayudar. Los rodillos de espuma, los masajes y los estiramientos deberían aliviar las agujetas con el tiempo.

Dolor vs. Dolor: cómo distinguirlos

Es importante reconocer la diferencia entre las agujetas del entrenamiento y una posible lesión.

Signos de dolor normal

  • Se siente rígido o sensible, pero mejora en uno o dos días.

  • Se alivia tras el movimiento (por ejemplo, trote ligero, estiramientos).

  • No afecta significativamente a tu técnica de carrera.

  • Mejora gradualmente -no empeora- con las técnicas de recuperación.

Señales de advertencia de dolor (posible lesión)

  • Sensaciones agudas o punzantes-Dolor que se siente como un pinchazo repentino y localizado.

  • Dolor que persiste varios días: si el dolor dura más de 3-4 días, la fatiga ya debería haber remitido.

  • Moratones o hinchazón visibles-Son signos de daño tisular, no sólo de fatiga muscular.

  • Dolor que altera tu forma de andar-Si corres de forma diferente para compensar las molestias, deja de hacerlo.

  • Dolor que se produce fuera de la carrera-Si lo sientes mientras caminas, estás sentado o descansas, puede que no sea un simple dolor.

Ya que estamos hablando de esto, no dejes de leer en cómo controlar las molestias y prevenir las lesiones.

Cuándo descansar y cuándo seguir adelante

Puede ser difícil escuchar a nuestro cuerpo, sobre todo cuando eso significa dejar de hacer algo que nos gusta. Pero desarrollar una fuerte conciencia de lo que es normal y de lo que no lo es puede hacer que sigas corriendo a largo plazo.

La mayoría de los corredores han aguantado lo que parecía un dolor leve, sólo para darse cuenta más tarde de que era la fase inicial de una lesión. Lo más importante que debes recordar: no ganas nada forzándote a pasar por el dolor.

Cómo saber cuándo tomarse un descanso

Si las molestias no mejoran después de calentar , considera la posibilidad de reducir o ajustar la sesión. Si el dolor empeora mientras corres, detente y evalúa antes de continuar. Si tu técnica de carrera cambia debido a molestias, descansa y recupérate. Si el dolor es leve y mejora con el movimiento, una carrera de recuperación suave puede ayudar.

Reflexiones finales

Tu cuerpo es tu mejor guía para no lesionarte y progresar a largo plazo. Aprender a reconocer la diferencia entre la fatiga productiva y una posible lesión es una habilidad que mejora con la experiencia.

Si quieres maximizar tu recuperación, consulta nuestra guía sobre Cómo sacar el máximo partido a tu recuperación. Invertir en descanso, trabajo de movilidad y ajustes inteligentes del entrenamiento te mantendrá más fuerte y sano para cada carrera que emprendas.

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